La obsesión con el peso

La obsesión con el peso
El ideal de belleza que nos vende la prensa, en general, no tiene ninguna relación con el prototipo de mujer española
Modelos de cuerpos delgados y consumidos aparecen cada día en los medios y se relaciona su físico con la probabilidad de encontrar pareja y conseguir trabajo entre otras cosas. Está bien cuidar tu físico pero no hacerlo en la justa medida puede traer consecuencias.
Poco a poco va aumentando la cantidad de personas obsesionadas con las dietas milagrosas y lo productos light, pero que rechazan hacer ejercicio por falta de tiempo o porque no les gusta. El mal hábito de las dietas milagrosas puede llevar al organismo a una descompensación y pueden aparecer problemas que no existían con anterioridad. El ideal de belleza que nos venden es difícil de conseguir para muchas mujeres, que terminan decepcionadas y angustiadas con su cuerpo.

 Problemas psíquicos que conlleva la obsesión por el peso
Unidos a la obsesión por adelgazar pueden aparecer ciertos problemas psíquicos o emocionales como:

Baja autoestima: La decepción por no conseguir tu objetivo afecta gravemente a la autoestima. Además valorar más tu cuerpo que tu personalidad aumenta la cantidad de inseguridades de la persona.

 Inseguridad personal y hacia los demás. Aparece un miedo irracional a no gustar a la gente por tu apariencia física. Razonamientos incoherentes respecto a la belleza y comparaciones con otros cuando salimos perdiendo merman la capacidad de raciocinio.

Dificultades en las relaciones sociales. La baja autoestima y la insatisfacción personal afectan en las relaciones de la persona.  Se evitan ambientes sociales en los que abunde la comida o haya personas que no son de nuestro círculo.

 Problemas emocionales derivados de lo anterior: Ansiedad, depresión, angustia etc.
La frustración que implica no lograr tu objetivo físico conlleva a separarse del verdadero objetivo y seguir enfocándose en la comida, las dietas etc.

Para terminar con el problema:
Tenemos que sentirnos bien con nosotros mismos y prestar más atención a otros aspectos de nuestra vida como el trabajo,  las amistades, la pareja etc.  También ayuda encontrar hobbies o distracciones para ocupar tu tiempo.
Es importante no fiarse de tu propio criterio y tener en cuenta la opinión de las personas de tu entorno. A veces se distorsiona nuestra propia realidad y la baja autoestima puede hacer que te veas a ti mismo de una manera equivocada.

INFLUENCIA DEL IDEAL DE BELLEZA EN LA ADOLESCENCIA.

La adolescencia es un período de tiempo que transcurre desde la niñez hasta el comienzo de la vida adulta. La atención a la figura es un factor que tiene estrecha relación con el adolescente. Tiene su origen en una época muy propia a la auto-crítica, sobre todo a partir de los 10-11 años.

En este período somos más vulnerables a la publicidad, los personajes famosos y los medios de comunicación, que generalmente promueven estereotipos y conductas que resultan poco saludables para los jóvenes.

Estos medios también plantean un estereotipo corporal muy específico, con mujeres altas y delgadas y hombres con cuerpos trabajados y musculosos. En general, el ideal de belleza propuesto por los medios afecta más a las adolescentes que a los adolescentes, pero en ambos les resulta difícil resistir a la presión social.

Las adolescentes, de 15 a 18 años están muy influenciadas por la publicidad, evalúan  su propia imagen corporal, en comparación con la de los demás y con los modelos, dando lugar a la realización de conductas relacionadas a la reducción del peso, poniendo en riesgo su salud física y mental.

Si nos fijamos, son mensajes dirigidos hacia el público joven, provocando que nos identifiquemos con la imagen que vende el producto, para que acabemos consumiéndolo. Se  aprovechan de que vivimos en una sociedad en la que los jóvenes tienen una baja autoestima y mala aceptación personal, para dirigir hacia nosotros toda esta clase de publicidad, prometiéndonos acabar con nuestros complejos. Nos lo promete esa misma publicidad que inculca como modelos de belleza, moda y éxito, a mujeres no reales. El mensaje que nos llega es que si queremos conseguir su cuerpo, sus características y su popularidad lo podemos conseguir sólo con adquirir un producto dietético o seguir una dieta “milagrosa”.

Por si la influencia de la publicidad fuera poca, la web está inundada de páginas que promueven trastornos alimenticios tales como la anorexia o la bulimia, sugiriendo métodos muy poco saludables para bajar de peso  y ofreciendo ayuda a las usuarias que quieren “seguir su estilo de vida”. Según la IQUA el 75% de las personas que visitan este tipo de páginas son menores de edad y de este porcentaje el 26,2 % de las chicas y el 17% de los chicos acceden a estas para bajar de peso.

En general, la sociedad actual comporta una influencia perjudicial para la adolescencia y este es un problema que debe ser erradicado.


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